martes, 22 de enero de 2013

SALTOS EN LA RED

Tras dar ya por prácticamente imposible (o al menos por muy poco probable) que mi editor, a causa de la galopante crisis que no está dejando títere con cabeza en ninguna parte, se vuelva a poner en contacto conmigo para editar «La canción del peregrino» ya he empezado a considerar, como autor, otras opciones.

 

La primera, por supuesto, es la de la autoedición, con sus pros y sus contras, mucho más numerosos los segundos que los primeros, ya que a la totalidad de los derechos y al control completo de la edición se enfrentan el desembolso económico (que, aun en e-book es considerable y en mi opinión poco rentable para un escritor, digamos, semi-novel) y la dificultad para alguien sin apenas contactos de darse a conocer en un mundo literario súper-globalizado y saturado de los cientos y miles de novelas, relatos, ensayos… y demás que reciben a diario las editoriales y que se suben a la red. Lograr hacerse un poco visible, vaya. La segunda opción, como ya escribí en la anterior entrada, es la de la traducción (hagamos uso del oficio de uno, que para eso está) de la novela para tratar de colocarla y moverla en mercados de habla no hispana; no necesariamente más receptivos pero nunca se sabe dónde pueden estar las oportunidades. La tercera y última opción es la de publicarla sin más en la red, convirtiéndola en una obra gratuita y de libre acceso, sacando al menos el beneficio de darse a conocer y que a uno le lean. Cosa que, en el fondo, es lo que mueve a todo autor, pues, citando a maese Reynald Dubec (que también presenté en la entrada pasada) «no fue este nunca oficio de hacer buenos sueldos ni levantar palacios, sino de sacar gozo del gozo público». 

 

Sin embargo, el ofrecer el texto sin más, aun pese a estar la novela perfectamente registrada con todas las de la ley a nombre de un servidor, me causaba ciertos reparos. Una especie de sensación de retroceso como autor, si alguien es capaz de entender la explicación. No obstante, descubrí hace pocos días una página llamada http://megustaescribir.com/ que me ofrecía una solución intermedia que sin duda me satisfacía. Se trata de una pequeña red social de escritores/lectores/editores destinada precisamente a mover obras no necesariamente humildes pero que precisamente por la crisis o por no ser sus autores de excesivo renombre se encuentran con penosas dificultades a la hora de darse a conocer. Cuenta además con el añadido de estar respaldada por un grupo editorial (Random House Mandadori) que ofrece la posibilidad de llevar la obra hasta la edición en papel e e-book si la calidad de ésta se ve reconocida por los lectores de la página.

 

Así, he decidido abrirme una cuenta en esta red literaria y subir la primera novela, «La canción del peregrino», de esta serie en la que me encuentro trabajando actualmente, cruzando los dedos y esperando poder llevar a buen puerto la apuesta en el futuro. Y si no, al menos, conseguir algún que otro lector más. Esta red permite, además, la creación de un blog de apoyo a las obras que cada autor vaya colgando, el cual he decidido crear y simultanear (por no decir duplicar) con éste, de modo que las entradas aparezcan repetidas y la obra pueda pasearse sin problemas tanto por esta red como por Blogger. De hecho llevan los dos el mismo título y sencillamente a partir de esta entrada pienso seguir escribiendo aquí y enlazar las entradas del otro. Os dejo aquí el enlace directo: http://arquetadesastre.megustaescribir.com/

En cuanto a la novela, tras el plazo de aprobación que la página requiere, estará disponible en la página para cualquiera que quiera descargarla. Os animo, pues, a echarle al menos un ojo llegado el momento y si os llama la atención la sinopsis a descargarla y leerla. Son poco más de doscientas páginas en formato pdf, no es necesario registrarse en la red para descargar el texto ni tampoco pagar un solo céntimo, y le hacéis un pequeño y entrañable favor al que suscribe. 

 

Espero que os animéis a darle una oportunidad y que a aquellos que decidan leérsela les guste, que nunca le vienen mal a un autor lectores, que ya sólo con su presencia alientan y hacen más leve la tarea de la redacción y con sus críticas y comentarios ayudan a mejorar y pulir el resultado final. Sobre todo cuando uno se encuentra finiquitando ya el epílogo de una segunda parte, y le da hasta miedo mirar de reojo el montón de cuadernos manuscritos que lleva ya. Y, por supuesto, a aquellos que ya la hayan leído, huelga decir que cualquier comentario en este blog o en el otro http://arquetadesastre.megustaescribir.com/ será siempre más que bienvenido, sobre todo si pueden animar a otros a dar el paso y leerse la novela.

Gracias por adelantado a todos y espero poder encontraros alguna vez del otro lado de los renglones. 

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